El reto social de reducir y prevenir la presencia de plásticos en los mares a debate
De entre toda la basura marina presente en nuestros océanos, la correspondiente a los plásticos es cada vez más abundante, y entraña consecuencias para los ecosistemas marinos y para nosotros mismos, que merecen ser entendidas, prevenidas y, en la medida de lo posible, neutralizadas. Por ello, los días 1 y 2 de octubre, el centro vasco de investigación en nanociencia CIC nanoGUNE celebró el evento Plastics in our ocean. A micro or macro challenge?, co-financiado por la Comisión Europea a través del proyecto Europeo EKLIPSE, Knowledge & Learning Mechanism on Biodiversity and Ecosystem Services, y con la colaboración de Zubigune.
Durante esta jornada europea de día y medio, se abordó de forma transversal y abierta el reto social de reducir y prevenir la presencia de plásticos y microplásticos en nuestros océanos. Por micro plásticos se entienden todos esos pequeños plásticos que, siendo de un tamaño menor de 5mm en sus tres dimensiones, pueden ser fácilmente ingeridos por los habitantes del océano. Más concretamente, los tres objetivos fundamentales que se persiguieron fueron: entender el estado del océano y las consecuencias actuales, compartir soluciones posibles, e identificar conjuntamente problemas y barreras que existen al respecto para hacer del reto una realidad alcanzable.
El evento, además de reunir en un mismo espacio a personas provenientes de toda Europa, desde Portugal a Grecia, pasando por Alemania y Eslovenia, tuvo la particularidad de combinar a un grupo de gente diverso, de ámbitos como la ciencia, la tecnología, la industria, los agentes políticos y la sociedad en general. Representado a dichos ámbitos estuvieron, por ejemplo, la Dirección General de Asuntos Marítimos y Pesca (DG MARE) de la Comisión Europea, empresas tales como Nestlé España, Duni y SUEZ, y miembros de universidades (UPV, Salerno (Italia), Leuphana (Alemania), etc.), centros de investigación y ONGs europeas.
La primera pregunta que abordó el grupo de 17 participantes fue la de cuáles son las acciones necesarias para reducir y/o prevenir la presencia de plásticos y micro-plásticos en el océano. Apoyándose en los datos de la Unión Europea en relación con la producción de productos de plástico de un solo uso y “empaquetado”, el reciclado de dichos materiales, y la cuota de exportación de “basura” a países subdesarrollados o la incineración, enunciaron acciones plausibles para fomentar la reducción, reutilización y reciclaje de plástico en los próximos 5 años. Para ello, destacaron la necesidad de crear información fácilmente accesible y transparente, y subrayando la importancia de la economía circular que busca favorecer el uso de la basura de plástico como materia prima para producir nuevos productos plásticos de valor. Además, y en esta línea, se propuso la creación de una etiqueta ecológica que informe de forma veraz, sencilla y transparente al consumidor sobre el impacto global del producto o envase.
Este tipo de evento forma parte de la estrategia de la Comisión Europea de abordar los retos complejos de la sociedad actual de forma transversal para construir soluciones que se alineen mejor con las necesidades y expectativas de la sociedad en su conjunto. Según los coordinadores del evento, Nagore Ibarra González y Mato Knez. de nanoGUNE, “estos eventos contribuyen a asegurar una investigación e innovación más sostenibles tanto a nivel humano, como medioambiental y económico”. Organizadores y participantes han valorado muy positivamente el encuentro y “han mostrado un gran interés en seguir colaborando en esta línea y un claro compromiso por dar respuesta a este desafío”, añaden.
Alternativas al plástico en nanoGUNE
Uniéndose a la conciencia social por encontrar alternativas al plástico, nanoGUNE apuesta internamente por una tecnología que podría ofrecer un envasado completamente biodegradable. Según explica Ainara Garcia Gallastegui, responsable de Transferencia de Tecnología de nanoGUNE, “hemos desarrollado una tecnología que tiene la capacidad de generar estructuras fibrilares a partir de azúcares o proteínas naturales como la caseína de la leche”. Estos compuestos hilados pueden producirse en forma de films que podrían utilizarse directamente en el envasado de alimentos, sustituyendo completamente al envasado plástico. A su vez y dada la necesidad de sustitución del envasado plástico de un solo uso, las miras se dirigen hacia un envasado en base cartón. “Nuestra tecnología —explica Garcia Gallastegui— puede ofrecer un recubrimiento completamente biodegradable sobre el cartón ofreciendo las propiedades barrera que se necesitan entre el alimento y la superficie del envasado”. En definitiva, “el reto está en generar un envasado completamente libre de plástico pero manteniendo a su vez su funcionalidad íntegra”, añade.
Los resultados de este diálogo y su puesta en común serán publicados próximamente en: https://www.nanogune.eu/event/plastics-our-ocean-micro-or-macro-challenge